Una de las mejores maneras de acabar con cualquier emoción o estado anímico que te moleste, que te haga sufrir, es liberándote de él. Y como el título de este blog indica te voy a dar una técnica para liberarte del miedo escénico muy agradable de hacer y sencilla.

Libérate de lo que te hace sentir, del sufrimiento que te causa, de la culpabilidad que sientes por tener miedo, por no ser lo suficientemente valiente. Libérate de las veces que te castigas por sentirte frustrado, por decepcionar a los demás y a ti mismo… Por no poder dar a tu familia todo lo que necesitan, por estar de mal humor…

Di adiós a ese sentimiento de inferioridad, de impotencia, de desánimo. A la ansiedad, a los temblores, a las palpitaciones, a la sensación de pérdida de control… di adiós a todos los síntomas que hacen que no puedas dirigirte al público con normalidad y seguridad.

Despídete de la vergüenza, del fracaso, de la rabia, del << desisto, tiro la toalla, no sirvo para esto>>. De las noches sin dormir pensando en la próxima conferencia o actuación, del <<¿porqué no lo puedo hacer mejor?>>.

Poder liberarte de todo esto hará que te sientas mejor contigo mismo, que te perdones por tener miedo escénico y sufrir. Comprenderás que el miedo sólo es una parte de quien eres y el hecho de liberarte de él te hará ser más fuerte y tener la valentía de enfrentarte a él desde otra perspectiva.

Y ¿cómo hacerlo? Pues muy sencillo: escribe una carta de liberación. Escríbele sin rencor ni odio, sin rabia ni dolor. Sólo describe lo que te hace sentir al detalle, sin tapujos. Recuerda las experiencias que más te marcaron y lo que supusieron para ti y plásmalas en el papel. Dale las gracias por todo lo que te enseñó, porque ha sido un maestro para ti, no lo dudes, y despídete. Pero recuerda, intenta no sentir rencor o rabia hacia esta emoción porque así no estarás sanando, hazlo desde el cariño y el agradecimiento. Cuando termines quema la carta y olvídate.

Al escribir, lo que estás haciendo es sacar de ti, de tu cuerpo emocional, de tu mente, todo lo que has vivido en relación al miedo. Te estás desahogando, pero en lugar de hacerlo contandole a alguien lo que te ocurre, lo haces escribiendo, desde tu intimidad y desde la tranquilidad. Te vacías de todo lo que el miedo supone para ti y dejas espacio para que una nueva emoción de seguridad y confianza en ti y en tu trabajo crezca y se fortalezca. Y es muy importante que lo hagas desde el agradecimiento y el cariño porque estas son las nuevas emociones que quedarán en ti. Si lo haces con rencor y rabia, estarás alimentando y reforzando al miedo pues esas emociones forman parte de él y además las estarás fijando en ti con lo que obtendrás el resultado contrario al que quieres.

Venga empieza ahora: querido miedo…

Y recuerda dejarme tus comentarios, siempre me gusta ver cómo avanzas…