A menudo por estas fechas siempre nos encontramos artículos, consejos o recomendaciones acerca de hacer un balance del año que va a terminar.

Te invitan a echar la vista atrás, recordar, emocionarte, enfurecerte, reir…con todas las vivencias que has tenido durante 365 dias. Pero yo quiero ir más allá en este propósito y ofrecerte una técnica que te ayudará a atraer amor, abundancia y felicidad. Te ayudará a diseñar tu año nuevo.

Hacer este tipo de análisis puede ser muy, muy bueno porque te hacen ver dónde estabas hace un año y dónde estás ahora. Quizá al recordar este año te des cuenta de que han cambiado muchas cosas en tu vida, “para bien y para mal”, aunque, personalmente creo que siempre es para bien… Está bien reflexionar sobre el tiempo que ha pasado para saber qué cosas en tu situación vital quieres que sigan y qué otras quieres cambiar.

Pero hay que saber hacerlo bien para que esto no te cause ningún tipo de frustración porque a veces, en algunas facetas de tu vida, te parecerá que sigues igual que estabas, que no hayas avanzado nada o que incluso estés peor y esto te puede causar cierto desánimo.

Así que voy a darte unas pautas para hacer este balance y que no te des-balancee a ti en absoluto.

  • Recuerda siempre con cariño todo lo que ha ocurrido en tu vida. No te castigues por los errores que hayas podido cometer porque de ellos también puedes aprender.
  • Piensa que lo que hiciste fue lo mejor que podías haber hecho en ese momento. Ahora eres otra persona, con otras vivencias, en otras circunstancias y quizá lo harías diferente.
  • Alégrate de lo que has alcanzado, aunque sea algo que parezca insignificante, porque si lo has logrado es un aprendizaje que has adquirido y eso te hace crecer como persona.
  • Utiliza las emociones negativas que te hagan sentir algunos recuerdos para tu beneficio. Haz que te impulsen hacia otra forma de sentir, de entender, de vivir. Así, si vuelves a pasar por ellas ya no te afectarán tanto y habrás tomado el control sobre tus emociones.
  • Agradece todo lo que has vivido, sentido, obtenido, perdido porque todo te ha hecho llegar a ser quién eres y cómo eres. Todo pasa por algo. Las casualidades no existen, créeme. Todo te lleva hacia algún lugar.

Ahora haz ese balance y empieza a diseñar tu futuro. Vas a aprender a lanzar al Universo, a Dios, tus deseos para que te sean concedidos. 

Coge papel y lápiz, bueno, mejor dos hojas. Escribe lo más relevante del año que termina. En una hoja anota lo «negativo» que te ha sucedido, peleas, pérdidas, discusiones con tu pareja, fracasos laborales…observa cómo te hizo sentir, cómo reaccionaste, qué ocurrió después respecto a tu reacción…

En otra hoja anota cómo te gustaría vivir el año nuevo y tenla siempre presente. Anota todo al detalle: qué te gustaría tener, cómo quieres ser, cómo te quieres sentir, dónde quieres vivir…No pongas límites a tu imaginación y escríbelo todo.

Hazlo unos días antes, no esperes al 31, así tendrás tiempo de re-leer, anotar nuevos recuerdos, nuevas cosas para cambiar y perfilar al máximo tus objetivos y deseos para el nuevo año, y el dia 31, por la noche, quema el papel de los recuerdos que ya no quieres en tu vida y agradece todo lo que está por venir leyendo y disfrutando tu hoja de deseos.

Si sigues estas pequeñas pautas verás que el balance que hagas te hará ver lo “negativo” como una oportunidad de crecer, de conocerte y de desarrollarte. Te hará vivir el año nuevo desde otra perspectiva y podrás estar más cerca de la felicidad y del bienestar, del amor y de la abundancia en tu vida.

Feliz balance!!